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sábado, 7 de marzo de 2015

De quien es la calle?

Ruido interno y externo
La ciudad está que arde, tiene los cables pelados y la humedad provoca chispas. Bocinazos.
Santa Fé es una avenida bastante ancha pero no sé por qué al jefe de la ciudad se le ocurrió asfaltar hoy martes a las 10 de la mañana, en media hora el colectivo avanzó cinco cuadras, a la gente le gusta estar pegoteada, muy junta; se acumulan todos alrededor del chofer que tiene cara de pocos amigos. No dejó subir a una mujer que traía a su hija en brazos
- No hay lugar señora, espere al de atrás que viene vacío
- Abrale! No ve que trae una criatura
- Por eso, es un peligro. Pasen para el fondo por favor!
Los miro con cierto asombro y me pregunto de dónde sacan esas ganas de discutir, no creo que les interese la vida de la madre que quedó en la vereda, me inclino por pensar que tienen ganas de joder.
Con una mano me sostengo y con la otra busco el celular en la cartera para jugar un solitario y así es como desparramo todo y mi bolso se convierte en una caja de Pandora.
No lo encuentro, abandono antes de que se caiga la tarjeta, el documento o la cámara de fotos que llevo al acto del colegio.
Desde que compré la cámara digital no tengo más fotos en casa.
Pueden pasar años y años hasta que algún evento importante amerite destinar el dinero para el revelado.
 El colectivo no avanza, a este paso no llego a ningún lado.
- Estas embarazada, disculpame no te vi.
- No, no, jeje, estoy gorda. 
Embarazada podrías estar vos, yo casi tengo cincuenta, mi hija menor está por cumplir trece. 
Mejor me bajo y sigo caminando. Mi niña interna amenaza con salir feroz y mal intencionada a pelearse con el mundo.
La vereda es una versión del colectivo, la gente se abre paso a los codasos. 
No entiendo esa manía que tienen los hombres argentinos, de insultar a las mujeres en la calle.
- Cruzá bien boluda!
- Avanzá dormida!
Hasta cuándo te quieren decir “linda”, enuncian
- Con ese culo....
Parecen los dueños de la calle.
Se olvidaron que nacieron de una mujer.
Dan miedo.
Y esos que te pasan en edad y miran a tu hija de once. 
Eso es abuso, legitimado en la mismísima vía publica.


Por d
esgracia no solo dejé en casa el celular, también la bendita cámara de fotos.
Pensé en pedirle al papá de algún compañero para que me las mande por mail pero no lo hice. 
Para cuándo lleguen, mi hija ya va a estar en la universidad.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Soy Adriana

Soy Adriana, el mes que viene cumplo 68 años.
Tengo cinco hijos, Adriana, Marcelo, Horacio, Alejandro y María José.
Me casé muy joven con el médico de la familia. 
Cuándo nací, él tenía 24 años y cuando cumplí 17, se separó de su esposa y nos casamos. Ahora que lo pienso, fue un delirio pero como era amigo de la familia, nadie dijo nada. El estaba muy enamorado, me prometía la luna y el mar.
Tuvimos seis hijos, la primera falleció al nacer pero yo siempre la llevé conmigo. Los hermanos se enojan cuándo les hablo de ella.
La vida se pasó rápido, sin respiro.
Los chicos fueron naciendo seguidos. Uno dejaba los pañales y otro empezaba a tomar la teta.
Un día sopetón, mi esposo tuvo un infarto y se murió. En ese momento pensé que estaba haciendo una de sus bromas, pero no.
Alejandro tenía seis años y María José cuatro, no tuve tiempo ni de llorarlo. 
Los primeros años fueron duros. Hasta que logré cobrar su pensión, no teníamos dinero suficiente para nada pero me fui arreglando y la familia ayudó.
Vivimos siempre en el mismo departamento de la calle Laprida, era un edificio repleto de gente joven, unos pisos más abajo del nuestro ensayaban varios músicos de rock y los chicos se la pasaban ahí. Así fue como conocí la marihuana.
Los varones eran bravísimos, sobre todo Horacio. Una tarde volví de trabajar y encontré la puerta del baño destrozada, le había clavado unos petardos mientras Adriana se bañaba. Horacio tenía una obsesión por verle los pechos a las hermanas, además era muy violento, arreglaba todo a los golpes y yo me ponía firme pero reconozco que tanta energía me superaba.
Antes de terminar la escuela secundaria, vino con la novia embarazada.
Casi me muero.
Yo le había explicado bien cómo usar el preservativo. Una noche los junté a todos y con una zanahoria les mostré como colocarlo, sacándole el aire para que no se rompa. Lo que más me preocupaba era que pudieran contagiarse alguna enfermedad. A mediados de los 80, los chicos entraban en la adolescencia y ya se conocían los primeros casos de HIV. Finalmente el embarazo no prosperó, era una mentira; de todas maneras Horacio se fue de casa y la verdad es que mejoró mucho el ambiente familiar y él maduró. Después se casó y ahora tiene dos varones.
Todos mis hijos ya son padres.
Tengo siete nietos que además de hacerme muy feliz, trajeron como el rio, viejos recuerdos, imágenes familiares de la infancia olvidadas en el olvido.

La carita de Gael, me da la ilusión de haber conocido a mi madre cuando era niña. Todos tienen algo sorprendente. Ver a la familia, reproducirse asi; naturalmente, reviviendo en los que recién llegan, esos íntimos humores de los que ya no están, es la magia de la vida. Esta vida mia que se diluye, deglutida por un cáncer que no puedo vencer. Me quedaría a disfrutarlos un poco más. Pero estoy lista, no tiene deudas conmigo el universo. Fui feliz, soy feliz.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

dios es hombre


Dios es hombre, no hay dudas.
Durante 5000 años, el mundo se fue poblando de falos gigantes clavados en la tierra. En la isla griega de Delos, en el Mar Egeo, hay un santuario dedicado al dios Dionisio, esculturas de gigantescos falos monumentales en mármol, lo pueblan.
Pero estas son obras modernas comparadas con las representaciones de falos tallados en piedra que se hallaron en Irlanda, España, Chile, Francia, Turquía y hasta en nuestra provincia de Tucumán.
En todo el planeta abundan las grandes piedras clavadas en la tierra, que simbolizan fertilidad y hegemonía masculina, aunque algunos esotéricos insistan en hablar de una “acupuntura planetaria” en “centros energéticos terrestres”.
Algunas de las civilizaciones que podían explicar el porqué de esta costumbre han perecido sin dejar testimonios escritos. No así los incas, que cuentan que a estos falos de un metro de largo se los clavaba para fertilizar a la Madre Tierra. 
Europa se llenó (desde tiempos remotos) de columnas erigidas en los cruces de caminos con una estatua del dios Hermes mostrando un falo erecto. Estos pilares luego llamados hermas garantizaban la fertilidad y virilidad, como amuleto, y era lo primero que destruían los invasores.
Los obeliscos, que se encuentran en todo el mundo, también indican la constante preocupación por el miembro erecto.
En Babilonia se erigían en honor al temible dios Baal y de ahí llegaron a Egipto como símbolo de virilidad y fertilidad, lo llamaban “pene de Osiris” y en honor a Ra, el dios sol, que fertiliza la tierra como el hombre a la mujer. Luego su uso fue prohibido por la Biblia y la palabra “obelisco” de las viejas Biblias fue reemplazada en ediciones sucesivas por "matzebah", que significa "imágenes altas" (obeliscos) o “"hammanim" ("imágenes del sol"). La Biblia de Scofield (padre del cristianismo evangélico) cuenta que los paganos construyeron “una imagen del celo
(obelisco) en la entrada del templo" 
Pese a tanto remilgo bíblico, los papas se las ingeniaron para poner uno en la Plaza de San Pedro, sede del Vaticano, cuentan que habría sido llevado por Calígula, para su Circo en cuyas arenas, padeció el pobre San Pedro.
Por su parte, los masones se aseguraron, uno en el Central Park de Nueva York y otro en el Capitolio en Washington.
El nuestro, fue edificado en 1936 para conmemorar el cuarto centenario de la primera fundación de Buenos Aires, representando la potencia progresista del viril país.
Falos de cerámica inca en los museos peruanos y obeliscos en los sitios más diversos del planeta no responden a otra intención que proteger a los dioses para conservar su potencia sexual, siempre tan efímera y caprichosa.
Griegos, incas e hindúes, construyeron falos monumentales para endiosar la virilidad. Y esto amarga a cualquier varón. 

- no lo tengo de veinte metros, ni siempre mirando al cielo.
 
En Barcelona, se construyó en 2005, el pene más grande de Europa. un edificio de perfectas proporciones peneanas, el tercero más alto de la ciudad. Mide 142 metroz, es la controvertida Torre Agbar popularmente conocida como el Megapene, Superconsolador o  El Pollón.

Estos penes gigantes de piedra son la representación de lo inalcanzable y de la satisfacción total.
Y no está mal estar tan insatisfechos.
Después de todo, dice Freud, la insatisfacción del deseo es el motor de la cultura.
Estas obras de arte nos demuestran que desde hace siglos los hombres se vienen ocupando de sus atributos. Les rinden culto y los representan con su tamaño multiplicado por diez mil, seguros de que esa parte de su anatomía, los hace dueños del universo.
Pobrecitos: tantos siglos de campaña publicitaria… ¿A favor o en contra?

no todo lo que brilla es oro

Ayer fui a dejar a mi hija en casa de una amiguita que vive en una de las zonas más lujosas de la ciudad. Tomamos el colectivo 110, nos bajamos en la avenida Las Heras y caminamos unas cuadras
Barrio Parque, glamoroso, exclusivo, poblado por ilustres famosos y no. Silencioso, con atmosfera propia, calles empedradas, angostas y curvas. Bajo las copas del jacaranda, el tiempo parece detenerse.
  • ¿Aca vive la gente más rica del mundo? Fue su pregunta que sono como una afirmación. No, le conteste sin pensarlo dos veces, porque si fuera así, yo viviría aquí.
  • Puede ser, también es una zonas de embajadas y ya que tenemos tiempo, te voy a mostrar la casa de Victoria Ocampo, una escritora porteña muy conocida…
  • Una escritora millonaria?
  • No lo sè, pero cuentan que pasaba muchas horas con la cocinera y la empleada conversando cuando era niña. En esta casa vivio de grande, ella misma le pidió a un arquitecto que la construyera, acà se creò la revista Sur, estaban Borges, Oliverio Girondo, Octavio Paz, Victoria y su hermana Silvina que también era escritora; ahora es un Centro Cultural, ¿Lo visitamos?
  • Ay no mami, que plomo!


Y haciendo uso de mi cuota de poder maternal, fuimos igual.
El estilo racionalista y despojado no sonaba opulento y ricachon, pero ella quedó desde su estatura de niña mirando con la boca abierta la manciòn.
Nos detuvimos en un pequeño cuarto dónde pudimos leer un manuscrito de Victoria:


"El arreglo de mi nueva casa me absorbio… La simpatía o la antipatía que los cuartos pueden inspirarme es violenta. Casi física. Como un clima".


Salimos de la mansión/centro cultural en silencio, y ella con una breve frase me recordó cuan sabios pueden ser los hijos, si una sabe escucharlos.


  • Los ricos también sufren
  • Es verdad, además la riqueza no es solo tener dinero.
  • Chau mà, nos vemos después.


Esa breve charla me hizo pensar en todas esas riquezas que he dado por un hecho y que rara vez me detengo a apreciar por vivir distraída y enfocada en tonterías.
Mi fortuna hoy en día es inmensa y no la mido en tesoros físicos, sino en experiencias que han enriquecido mi vida durante mis casi cincuenta años de vida.
La existencia ha sido sumamente generosa conmigo. No tengo una casa de lujo, pero tengo un hogar que comparto con mis hijas a las que amo y que me aman. No tengo un auto de colección, pero tengo un cuerpo sano que me ayuda a conducirme firmemente por la vida. No tengo una cuenta de banco con millones, pero cuento con millones de experiencias propias y compartidas conmigo por mujeres y hombres maravillosos, amigos y hermanos que me dio la vida. No tengo un avión propio, pero cuento con una capacidad creativa y de imaginación que me lleva a vivir experiencias exóticas y emocionantes. No pertenezco a ningún club exclusivo, pero tengo amigos sinceros que me ama como soy.


Esta es mi fortuna.

sábado, 6 de septiembre de 2014

Basura t.v,

Víctima de un ataque al hígado feroz, pasó dos días enteros en la cama, en un estado de semi conciencia, mirando la televisión, por momentos con los ojos cerrados. Las noticias se repetían una y otra vez, en diferentes horarios y en casi todos los canales de aire.
Los programas dedicados al espectáculo son una suerte de realiti autorreferencial. La tele habla de la tele y de las intimidades, a veces inconfesables, de ciertas celebridades.  Me pregunto a quién le importa realmente la silueta de Carmen Barbieri o las novias platinadas del diez. La televisión impone temas y en casa a nadie le interesan.
Una chica rubia, con facha de actriz porno, pasó por varios programas, contando sus desventuras sentimentales.
Sus últimas parejas habían sido desastrosas. Uno le pegaba y era infiel, a ese lo dejó cuándo le llegó un video que confirmaba el engaño. Cuando logró reponerse conoció a otro que a los dos meses cayó preso, acusado de varias estafas, al principio lo visitó en la prisión pero hacía un par semanas que ya no iba, y la noticia es que un nuevo hombre apareció en su vida. Los periodistas sentados en ronda trataban de convencerla para que deje al preso aproveche la oportunidad y para rematar, pusieron al aire al pretendiente que decía cosas como:
-         Con ella, voy a fondo, se merece ser feliz, tengo todo el tiempo del mundo.
La pobre mujer parece estar destinada a hombre de dudosa conducta, este último, hijo extramatrimonial de un ex presidente, recién salido de una clínica por su adicción a la morfina, la hizo sonreír con sus promesas.
La historia me hizo pensar si será cierto eso que dicen: “un clavo saca a otro clavo” (los de la rubia más que clavos son tornillos tarugo); no podría decirlo por experiencia propia, jamás olvidé a un hombre en brazos de otro.
Lo pienso y sí, sería ideal: dejar de pensar en ese que te rompió el alma, mimada por una fresca promesa de amor.
Así, estaba la rubia revoleando los ojos, sonriendo a medias, tentada, ilusionada frente a las promesas de su nuevo y acaramelado gavilán.
Finalmente llegué a la conclusión de que no había uno en esa mesa que la quisiera bien, alentarla en un romance con el hijo del ex presidente, no garantiza que la piba sea más feliz que con el convicto, por lo menos el último está encerrado, el daño ya está hecho, mucho más no puede haber.



jueves, 14 de agosto de 2014

Los derechos de un amante

La pregunta del médico fue el disparador:
 - Y usted, tiene una vida plena?
Me quedé pensando en el adjetivo “plena” y asocié con satisfecha, hice una revisión veloz por mi existencia actual y le dije que sí, pero dudé.
 - A qué se refiere con lo de “vida plena”?
 - Si está contenta...¿Su marido?
 - Si está hablando de sexo, ya le digo que cero. Nada. Hace meses...

Y no sé porqué, empecé a contarle mis últimos intentos, un viejo amigo que no quiso arriesgar nuestra amistad probando algo más, el profesor de gimnasia que me invitó a salir y cuándo empezamos a conversar me aclaró que tenía una novia en Mendoza y una tampoco está para dedicarle tanto tiempo al asunto.

 - Es que los tipos somos unos tontos, me dijo. Pero yo seguía pensando en la vida plena,
 - Es verdad, el sexo es saludable, le contesté
 - Claro que si, además si usted está acompañada, todo se hace más llevadero...

Y salí del consultorio con la intención de activar mi vida sexual y en lo posible darle una oportunidad al amor. Algo que tenía totalmente relegado para más adelante o cuando sucediera.
El panorama era desolador, hasta que me acordé de un novio que tuve apenas me separé del padre de mis hijas.
Alejandro.
Lo busqué por facebook y en menos de un día, ya estábamos hablando por teléfono.
Ahora podría decir que tengo una “relación” (lease “aproximación a lo que sería una vida plena).
Es una de esas relaciones que arrancan en frío, que te permite pensar y decidir. Los dos coincidimos en que lo nuestro es una amistad, nos conocemos desde la adolescencia mia y su niñez.
Fué, el primero y creo que el último en incorporarse a la familia de mujeres, empezó durmiendo en el sillón del living y un día se pasó a mi cuarto. 
Fuimos novios y viajamos al mar en invierno.
Pasaron diez años.
El tiene una hija y hace unos meses que murió su mamá, una mujer que merece un capítulo entero. Y su última novia, le tiró la ropa por la ventana, después de haberlo engañado con un compañero de trabajo. Un amor intenso.
El y yo, somos amigos, ni más, ni menos.
Tal vez soy muy estructurada pero pienso que cuando hay sexo, pasamos a otra categoría.
Amantes.
Un amante acepta las condiciones del juego por la razón que fuera. En este caso no hay heridos ni engañados y por eso me puse a pensar en los derechos de un amante.
¿Que se le puede pedir a un amante?
Nada. Es lo que hay.
Un spa para corazones heridos, un paréntesis del amor, con el único compromiso de aceptar las reglas del juego.
Los amantes tienen su razón de ser, cada uno la suya.
Son amantes por que solo cuando tienen sexo se aman.
¿Amigos con derechos?




viernes, 8 de agosto de 2014

¿Y a dónde está el deseo?

Marina, la más soltera de todas mis amigas, está en crisis. No se casó a los treinta y a los cuarenta no tuvo hijos. Hoy a punto de cumplir cincuenta siente que lo único que necesita es estar en pareja.
Enrolada en "las que tienen mala suerte" se olvida que cuando otras estábamos sentadas en la plaza un martes a las dos de la tarde, con el bebé en el cochecito; ella viajaba por Europa y mientras nos acomodábamos el cuerpo y la vida para volver a trabajar después de los tres meses de licencia por maternidad; Marina fue escalando y hoy es gerente de una empresa multinacional. Gana más que mi marido.
Tiene una colección de zapatos impecables, no sabe lo que es sacar un chicle pegado en la falda ni blanquear un delantal. Tiene noches de insonmio no deambula de habitación en habitación tratando de consolar al hijo y conformar al marido. 
Estar casada, tiene sus beneficios: sexo seguro, contención, vida ordenada y saludable pero tambien incluye almuerzos dominicales en casa de los suegros, monotonía y mucho olor a comida en el pelo y en la ropa.
Estar obsesionada por el amor puede convertirse en una queja interminable y hasta puede ser el fin de un amor.
Instalada en la ausencia de algo es casi imposible ver lo que hay.
Podes tener a tu marido durmiendo todas las noches en casa, tener sexo más de una vez por semana, pero si te molesta que trabaje los sábados, eso puede hacerte creer y decir que no te presta atención.
Insistir, protestar y perder, de a poco o de pronto la cordura y el amor.
A veces para tener hay que ceder.
No se trata de cómo hay que vivir, sino de recuperar el deseo que nos haga vivir de otra manera, sin lamentos constantes ni añoranzas, buscar qué lugar ha tenido y tiene el amor para una misma, sin prejuicios ni mandatos.
Pero además, hay que ponerse al día.
La redes sociales, espacio público virtual se han vuelto escenario de nuestras relaciones personales. 
Nos tiramos de cabeza a recuperar el pasado y nos reecontramos con amigos de la infancia. Pasamos de no saber nada de un primo que se fue a vivir a Londres a conocer casi, hasta el mínimo detalle de su vida.
Somos espias y espiados.
Lindo invento, letal para el amor convertido en bien descartable.
Sobran los malentendidos "típicos de las parejas", un chiste, un comentario inocente y hasta un "me gusta" puede ser motivo de planteo


Caminamos por el filo del encuentro desdibujado, con acceso al mundo entero quedamos solas y solos, único refugio de nuestra intimidad está oculto ese deseo y se vuelve imprescindible rescatarlo.

martes, 22 de julio de 2014

Menos es más


Soy Adriana y estoy cada vez más convencida de que a los hombres no les importa casi nada de lo que a nosotras nos preocupa.
Pensamos muy distinto de los mismos temas. Podría decir que hasta tenemos ideas opuestas.
Solo nos acercamos, uno al mundo del otro cuando nos enamoramos.
La otra noche, quise sorprender a mi marido, me gasté una buena cifra en ropa interior y me di cuenta que era tan poco lo que me tapaba que tuve que pasar por la depiladora; viví una situación espantosa.
Depués de sacarme pelos que ni sabía que tenía, estaba desprevenida acostada de espaldas y siento que me baja la bombacha y me pone la cera, justo ahí
¿Qué haces?
Tira de cola, agarrate los cachetes, asi te saco mejor. Tenes unos pelos tremendos.
Me quedé muda, jamás estuve en una posición igual, ni en la más caliente de las noches. Además esa zona es muy privada. ¿Quién se acerca tanto como para sentir si hay mucho pelo o no?
Salí del lugar toda pegoteada, fui directo a darme un baño y sacarme los restos de cera.
Esto de la depilada es una cosa seria, no me lo banco. Pero si te pasas la afeitadora, te crecen duros; la definitiva va pelo por pelo, para cuándo termine voy a estar en el geriátrico. No me queda otra que la cera caliente.
Los tipos en cambio, no pasan por ninguna de nuestras desgracias, no se indisponen, no se embarazan, un hombre jamás vestiría un pantalón que incomoda solo porque le gusta como luce. Tienen dos variedades de calzones y usan siempre el mismo modelo. La vida del hombre es más sencilla.
Yo venía de abrirme las cachas para que una loca casi me saque los pelos de adentro ¡Qué impresión!
No me había vestido y llamó para decirme que traía la cena él. Gol!
Me dedique solo a ponerme divina, pero sin exagerar y sin que se note que me había gastado más de mil pesos, en menos de un metro de tela.
Cambié las sábanas, perfumé la casa y escondí todo lo que siempre está tirado o apilado sobre una silla, en mi lado del placard.
Cuándo llegó y vi lo que trajo, me preocupé: empanadas y cerveza; mala idea para una previa.
Nunca me gustó comer antes del sexo, te sentís pesada, no es lo mismo que con el estómago vacío. Para mi es fundamental sentirme bien, cómoda, por lo menos para empezar, después ya no me importa nada.
- No probé bocado en todo el día, me muero de hambre. ¿Miramos la final de la    Davis?
- Dale.
Yo estaba más dispuesta que nunca a todo.
Comimos viendo el partido de tenis mas aburrido del mundo, en silencio, como si estuviéramos en la cancha.
Por suerte se hizo un poco largo y me dió tiempo para digerir. Las empanadas compradas siempre me caen como una bomba.
- Estoy cansado, no mi quiero ni bañar ¿Te molesta si me acuesto así?
- No mi amor, vení que te hago unos masajes, le dije. Hubiera preferido que pase por la ducha, pero sabía que si se hacía más tarde, yo perdía.
- ¿En serio?¿Serías capaz?¿No estas cansada?
Esas tres preguntas seguidas me hicieron pensar que lo tengo un poco abandonado. Mucha rutina y este año cumplo 50, mi cuerpo tiene varios grados más de temperatura que lo normal, por momentos siento que hiervo como una pava.
Le hice unos masajes y antes de que se quede dormido, lo empecé a besar. El jamás dice que no, como sea, lo hace.
En eso somos distintos.

lunes, 7 de julio de 2014

Todo llega nena, me dijo al oido la marica

Soy Adriana y trabajo hace siete años en una empresa multinacional que se ocupa de supervisar ventas de consumo masivo en el rubro alimentación. Recorro supermercados y almacenes con una mini computadora donde grabo los datos, armo una planilla y hago el informe para la marca que pidió el servicio. Puede ser una empresa de lácteos, productos de granja o panes.
No sé si me gusta lo que hago pero es cómodo. Manejo mis horarios, estoy en blanco, tengo aguinaldo, vacaciones y un sueldo que hoy no conseguiría en ningun lado.
Mi jefe es un poco pesado, tiene la costumbre de llamarme los domingos a la noche. Este domingo, me avisó que había una empleada nueva y me necesitaba para entrenarla.
Hasta ahi, todo bien. Pero la última frase que dijo, me arruinó la noche:
- Tené cuidado. Es una tipa seria.
- Tranquilo, yo me ocupo, le contesté automáticamente.
¿Qué me quiso decir ? ¿Que yo no soy seria?
Salí de la cama y me puse a caminar por la casa, hablando sola como una loca. 
No podía parar mi cabeza.
Sentada en living a oscuras traté de meditar, pegué la lengua al paladar y creo que me quedé dormida. Sentí el cabezazo y me arrastré hasta el cuarto pero apenas apoyé la cabeza en la almohada, abrí los ojos.
Que desesperación! .
Estuve inmóvil casi insconciente un rato más y cuándo escuché los pajaritos, me resigné.
Lo que podría haber sido no fué y ya dormir no era una opción.
Abrí la ventana y el aire del amanecer me devolvió la fe.
Salí en piyama y zapatillas porque a esa hora, para mi, la vida es hermosa. El mejor invento de dios.
Despues miré un noticiero que es tan malo que me gusta. El nombre, un cero a la creatividad, Primera mañana, obvio. Ni cinco minutos se tomaron para pensar, es como ponerle, El regreso a un programa de radio que empieza a las seis de la tarde. Y el conductor se pelea con la productora, se enoja con los entrevistados; apostaría que está a favor de la pena de muerte.
A las nueve y media, estaba en la estación, preguntándome, si la mujer además de seria, sería trepa.
Me llegó un mensaje al celular que decía: 
estoy retrasada, llego en 10”.
La odié pero la esperé.
Pálida, me dijo:
-Tengo una hemorragia.
Pensé rapidísimo: cerebral no. Se desmaya. No llega la ambulancia. La tengo que llevar al hospital!
-Me vino y no tengo toallitas.
Que hija de puta! Encima se indispone´.
Desoyendo a mi mente que decía, NO. le dije:
-Vivo cerca, vamos a casa y te cambias.
En el camino me contó que le habían ofrecido un puesto más alto que el mio. Mi única meta era deshacerme de ella.
Se metió en el baño y abrió la ducha.
Me acerqué dispuesta a sacarla de los pelos y le pregunté:
-Te sentis bien? Necesitas algo?
-Toallitas y ropa.
Le dejé las cosas en inodoro y esperé parada.
-Esta bombacha me da alergia. ¿No tenes otra? Mañana te la devuelvo.
-No dejá, te la regalo. Tengo un montón.
-Ya es casi la hora, dijo, arranquemos mañana.
-Bueno, llamo y aviso, le contesté sacada.
-No, me dá vergüenza.
-Como quieras, pero te aviso que en esta empresa no existe el día femenino, tenelo en cuenta.
Cuándo se fué llamé a mi jefe y solo le conte que estaba con la menstruación y se quiso ir.
Después me acordé que me habían ofrecido mil veces ese puesto y dije que no, mas que nada por comodidad.

Llegó la hora de mover las cachas, pensé. Fui a la oficina, me hice bien la boluda y todo quedó en mis manos. Mejor que nunca. Les saqué las papas del fuego. Tomé el puesto y pedí algunos beneficios.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Mujeres


Hoy me llegó por mail una revista digital para mujeres, con un tema novedoso: “hombres de goma” para damas solitarias; en tamaño real, súper guapos, silenciosos y con la mirada perdida en algun sitio. No aclaraba si tenían, además un órgano sexual o solo se ofrecen como elemento decorativo, busqué en la revista algo más pero solo es igual a todas las conozco: diez consejos para no perder a tu pareja, los cinco secretos de un cuerpo perfecto, fotos de modelos, test carentes por completo de rigurosidad, recetas, dietas y algun apartado para la mujer que trabaja.
Invariablemente la literatura mediática de género ronda siempre los mismo temas. Me aburren. Nunca encuentro algo que pueda interesarme de verdad y me pregunto ¿somos así o quieren que seamos asi? Que compremos tal o cual prenda, que solo nos interese nuestro cutis y esa manía por agradar a cualquier precio.
Lograste que ese tipo que te gusta se fije en vos, salen y comienzan una relacion a fuerza de seguir los consejos, no muy celosa, ni posesiva pero tampoco desinteresada ¿ Y despues que?
Ojalá que te siga gustando, que tengan cosas en común por que nadie te dice como deshacerte de él.
Si dejáramos de lado las modas del color, del modelo, del zapato, del maquillaje, eso que nos cubre para ocultar lo que somos...
¡Que peligro! 

Soy una mujer esencialmente rebelde, sin planearlo, nací así. El tema es que no encajo en lo previsto y generalmente aceptado.
Practico la la reflexión unida a la sensibilidad y la intuición. 
Cualidades "femeninas"casi atrofiadas en el mundo de las divinidades del presente, donde no tiene lugar contradecir los dogma, ser distinta.
Las mujeres casi no figuramos en la historia del mundo a pesar de haber tenido un importantísimo protagonismo. 
Distintas todas, individuales por nuestra condición de ser personas, distintas a ellos que nos complementan y que juntos somos capaces del único milagro humano, la vida.

Mientras tanto

Soy Adriana y estoy esperando a mi marido que salió a cenar con una clienta del banco dónde trabaja hace años. 
El viernes pasado cuando nos encontramos como siempre al final del día, me contó que había atendido a una mujer que necesitaba saldar varios créditos de distintos valores, parece que el trámite era largo y complicado pero lo llamativo fue que la señora lloraba sin parar. 
El no se atrevió a preguntarle nada, trataba de no mirarla pero sentía que todos lo miraban a él como si fuera responsable y aunque ni la conocía se sintió culpable, de nada por que además, estaban resolviendo un problema. 
 En un momento se le ocurrió que tal vez lloraba de alegría o alivio y la miró; no, claramente sufría. Podría ser por la muerte de algún ser querido que le dejó el dinero para pagar las deudas o una indemnización laboral. Cualquier cosa podía ser. 
La situación se ponía más incómoda y la gente se acumulaba form ando una fila que llegaba hasta la puerta. El sudaba como si estuviera en un sauna, tenía la camisa completamente mojada. Cuándo estaban ya terminando, parece que la tipa le miró las manos, no está usando la alianza por que le queda chica, y le preguntó: 
- Usted es casado? 
- Si, hace más de veinte años, contestó si sacar los ojos de la computadora. 
- Disculpe, como es tan amable pensé en invitarlo a cenar, le dijo y siguió llorando con más ganas. 
- Espere, no se ponga así, le contestó. Mi mujer es muy comprensiva y abierta, yo le puedo explicar y si usted quiere vamos a cenar. Déjeme su teléfono. 
- Le agradezco tanto, estoy muy sola, necesito conversar con un hombre, sin compromiso, solo conversar, no me malinterprete, llámeme por favor. 
Lo conozco y sé por que lo hizo, pensó que así terminaba de una vez con la llorona y como por arte de magia la tipa se iba y asunto olvidado. 
Cuándo me lo contó, sentí pena por ella y creo que hasta me vi reflejada en esos momentos que una tiene; lloras y no sabe porqué, si es que te esta por venir o la humedad, el cansancio, la leche derramada. 
Antes de que me preguntara y sin pensar le dije, - Llama pobre mina, vayan a cenar.¿Que puede pasar? 
Me miró desorientado y ahí entendí que era un delirio. 
No sé si fue para demostrarle cuán amplia y solidaria podía ser, la cosa es que insistí y no paré hasta que lo logré. 
Ahora estoy acá, pensando cualquier cosa. No dudo de su amor por mi, ni creo que vaya a serme infiel. 
Pienso en la fidelidad y la misma cena me parece un engaño. Sentados uno frente al otro. ¿ Cuán grande puede ser la mesa? Imposible no mirarse. Entre dos personas comiendo, hay momentos de silencio y de tensión.
El siempre se estira, no le gusta estar sentado y le va a tocar las piernas por debajo de ña mesa. 
¡No! ¿Como pude ser tan estúpida? ¿Qué me quiero demostrar? ¿Y si no vuelve? ¿Y si vuelve mañana y me dice que lo nuestro se acabó, que le gustó y que quiere probar con ella? 
Me estoy volviendo loca. Nunca más me presto a una cosa así. Pero obvio, solo a mi se puede ocurrir. Soy una tarada. 
Creo que voy a dejar de esperalo y me voy a bañar por cuarta vez.

domingo, 18 de mayo de 2014

Desvelada

Son las cuatro de la mañana y ya estoy despierta, segura de que no me vuelvo a dormir. Ni a palos lo intento; si lo logro, llego tarde a todo. ¡Qué sola me siento a esta hora! Si me levanto y me pongo a ordenar las alacenas de la cocina, despierto a la familia y paso a ser “el problema” de la casa, como la cadena del baño chico, me cansé de arreglar el flotante y siempre pierde. Opté por in-utilizarlo. Cuándo me mude ya sé que con un baño me arreglo. Desvelada a esta hora me siento vulnerable, al borde del delirio, paranoica; capaz de tomarme muy en serio cualquier tema menor. Los ronquidos de mi marido que de noche me suenan como un suspiro, acompañan el temblor de las ventanas agitadas por el viento. Es la hora de la rima, los pensamientos profundos, reflexiones que al mediodía ni recuerdo. Por eso siempre tengo el cuaderno Gloria y la birome sobre la mesa de luz. Como en Orlando de Virginia Woolf vivo asistiendo a lo cíclico de la vida, con su inercia y su ecosistema, resignada a mi propia humanidad que ya es mucho. Disfruto y agradezco el tramo de la larga historia que atraviesa esta, mi endeble humanidad. Y mantengo los valores que aprendí y los que construí con mi libre albedrío. Dudando siempre dudando. Me crié entre médicos, maestros y artistas, religiosos, pensadores, con un grado de locura innegable, desde que la locura era causa de muerte. Y lo mejor de la vida fue haberla vivido y lo mejor de la mía fue como lo hice y esa posibilidad de encontrarle finalmente un por qué, un sentido a todo. La pasión, la entrega y la exuberancia, son como la estatura, se controla y varía con la edad pero es eso, que nos hace diferentes, únicos e individuales. en el fondo siempre soy yo misma, la de hoy y la del siglo pasado, una más. Sobrevivo, circulo y me amparo en una cierta ideología que calma la inquietud, la impotencia y que encamina mi libertad, aunque prefiero llamarlo, libre albedrío porque para mi pensar es como respirar, inevitable pero tramposo, complicado y hasta en un momento banal y engañoso por que también somos un cuerpo físico y la mente es algo propiamente humano, el pensamiento y la palabra también. Entonces atendiendo a lo físicamente humano que hay en mi, abandono este jardín y recupero la fe, durmiendo. Ojalá pudiera. En algún punto la biología y la cuota de azar inexplicable que tantas veces quise torcer, tiene un ritmo propio y un instinto de conservación más profundo que el humano, me conecta con la vida de una manera naturalmente perfecta y resistente. El tiempo anda infinitamente como los números que se usan para medirlo. Descreía de la belleza hasta que la descubrí; un día libre de tóxicos de cualquier tipo -momento muy difícil de alcanzar si te lo tomas en serio-, con la única rigurosidad posible, como parte del bioma. Ni mejor, ni peor. Simplemente humana. Sucede con la escritura, lo mismo que con agua cuándo nado, fluyo y preferiría seguir fluyendo continuadamente. Siempre desestimé este gusto pueril, mas que pueril, pre vital profundamente ascético y opiáceo - Opium usaban los hipis cuando tenia 14 y no entendía nada-. Salgo del agua medio mareada y con la mente en blanco hasta que soy parte del aire y piso la tierra. Se mueve la sangre, los pulmones, el corazón, pero no la mente. La mente transita como los pies al caminar y como cantaba uno que le gustaba a mi mamá, se hace camino al andar. ¿Se puede elegir quién ser? No. Solo después de herrar en cualquier punto pude trazar caminos por convicción y luego por compromiso con los seres como yo, humanos. Partiendo y llegando siempre al ombligo de mi mundo. Por eso atesoro las maravillas de la vida, mi fortuna. Qué no es grande, no tiene tamaño ni ocupa espacio y yo sé que existe mucho más allá de lo que puedo siquiera mirar. Como el cielo, más pesado que el aire pero en un punto inapresable. Solo metafóricamente justificada por la biología y organizada por las palabras – esa gran herramienta humana-, y luego todos sus inventos para entenderse, explicarse o simplemente circular. Hoy descubrí una maravilla nueva que la vida me ofrece; la transite siempre que pude pero hoy le puse nombre, le di entidad de existencia, la disfruté la saboreé como un tesoro comestible. Sin proponérmelo, me adueñé y solté un momento. Se hace de día y logré escribir un poco. Me concentré en una idea o agrupé varias en un relato de esos que me gustan, con color propio, sonidos, ciudades y personas o apenas un boceto que abandono pero no olvido. Las palabras son mi gran pastel de bodas. Y nunca alcanzaré la perfección. Por eso corrijo y leo. Aveces obsesiva y compulsivamente si es fácil o liviano y muy lentamente cuando lo saboreo y pierde su existencia material. Y hablando de materia, llegó la hora de levantarse y desayunar.

viernes, 16 de mayo de 2014

Sangre no es agua


Soy Adriana, mañana cumplo 40, dicen que la que viene, es la mejor década en la vida de una dama. ¿Será cierto?
Tengo dos hermanas, la menor me lleva diez años. Se podría decir que la nuestra, es una familia de mujeres.
A mi papá casi no lo recuerdo. Falleció cuándo cuando yo era muy chica y mi madre quedó bastante triste, nunca se volvió a enamorar, no estaba en sus planes quedarse sola y su vida fué perdiendo la humedad que es el signo del deseo.
La quise mucho, la odié bastante y la volví a querer de una manera mágica. Me preocupaba mi enojo con ella, nunca es bueno sostener un sentimiento así y menos con la madre.
Una amiga me sugirió “el como si”, hacer como si la quisiera y decírselo aunque no lo sienta; en muy poco tiempo la volví a querer y me saqué un gran peso de encima.
Yo creo que las mujeres tenemos un poder especial, una conexión física con la vida que nos hace creativas. En la antigüedad, griegos, romanos y egipcios reconocían a las mujeres como sanadoras. Esclavas o libres, se ocupaban de curar a los enfermos; representaban el amor, la salud y el nacimiento. Existen registros de los remedios naturales que usaban para combatir el dolor y sus teorías sobre el funcionamiento del cuerpo humano, fueron transmitidas desde la Mesopotamia, a través de las rutas comerciales, a los fenicios, egipcios y griegos.
Después empezaron a considerarnos inferiores, se creó la carrera de medicina solo para hombres, la civilización avanzó y el lugar de la mujer fue para atrás, pasaron a ser brujas curanderas y las mataban en la hoguera.
Por eso siempre tengo un trato especial con las mujeres, les doy más de una oportunidad.
Volviendo a mi madre, está internada hace unos meses, desde que le diagnosticaron alzheimer.
Se había puesto muy agresiva y por momentos no reconocía a nadie, mis hermanas no querían saber nada con ella, no la soportan, yo la tuve un tiempo en casa y me agoté.
Desde chica tuve la ilusión de cuidarla en su vejez, pensaba que sería el mejor de los finales para nuestra vida, pero las cosas no siempre suceden como una las planea, suceden como suceden y punto.
El secreto es acomodarse, por eso voy día por medio al geriátrico y le doy todo el amor puedo, ella no sabe quien soy, nunca volvió a reconocerme y cuando me pregunta, solo le digo que soy Adriana, nada más.
A veces me maltrata un poco, tiene un mal humor importante pero está viejita, no va a durar mucho este calvario.
Ayer me di cuenta de que hay algo más que me lleva al geriátrico; Guillermo, el médico. Tiene todo lo que me gusta en un hombre; es grande, debe pesar casi cien kilos, estoy segura de que fue deportista. Usa el delantal abierto y siempre lleva puestos los anteojos de leer.
Me gustaría invitarlo a salir pero no animé, todavía no averigüé si es casado y un “no” es rotundo, no tiene vuelta atrás.
Tampoco voy a usar la excusa de una consulta profesional, empezar por una enfermedad no me da y seducirlo así nomas es riesgoso; primero quiero saber si está solo. No tengo ganas de sufrir.


Soy de esas mujeres que se toman las relaciones en serio, lo del tuch and go nunca me gustó por eso pienso siempre dos veces por lo menos, cada paso que doy, sobre todo si se trata de sentimientos, relaciones, hombres.

domingo, 27 de abril de 2014

Una por año

Hoy me levanté temprano, tuve tiempo de salir a caminar y hacer el desayuno para todos. Me gusta saber que en casa prefieren que cocine yo y festejen cuándo hago tostadas. 
La tostadora eléctrica que cambié por los puntos de la tarjeta me salvó la vida, siempre se quemaban, sobre la hornalla o al horno, llegué a usar un paquete entero de pan lactal en una merienda.
Los años no solo cambiaron mi cuerpo sino también algunas de mis costumbres. Últimamente me despierto a la hora que antes me acostaba, son horas felices; después de que salió ese lucero del alba y empieza a clarear, el aire es fresco. 
La ausencia de la gente y sus sonidos me sienta bien.
Años que parecen siglos atrás la madrugada era fin de la noche y su fauna, era el momento de acostarse a dormir sin miedo.
Llegué media hora antes a la oficina y como si fuera mi jefe me acomodé en el escritorio y desayuné leyendo el diario. Estaba inquieta y había una razón, tenía turno para una mamografía y lo olvidé. Estaba programada para las 13:30, la hora muerta del almuerzo; no tenía ganas de ir pero sabía que si faltaba, entre lo que tardo en pedir un turno y el tiempo que se toman en dármelo, puede pasar tranquilamente un año más.
Por primera vez en mucho tiempo a la una salí a almorzar.
En el lugar no había nadie pero tardaron en atenderme porque tenía un sobre turno.
¿ Y qué tiene que ver? Le pregunté molesta a la secretaria.
- Ahí tiene un libro de quejas, me contestó sin levantar la vista de la computadora. Estará jugando al candy crush, pensé o mejor al solitario en esa máquina vieja y amarillenta.
- Ok, gracias y me senté a leer los folletos de la obra social.
Ya me estaba acalambrando cuando me llamaron.
Sáquese la camisa, el corpiño y si tiene cadenas o aros también, me dijo el tipo que ni siquiera me miró. Tenía puesto un vestido y me quedé parada mirándolo.
- En la silla tiene un ...pongaseló.


Lo que había era una especie de delantal azul, todo descocido. Quedé prácticamente en bolas y botas.
Por como me miró, supe que se enfureció; pero era cierto y ya era hora de volver a la oficina, estaba más que inquieta.AyQuedese afuera por las dudas¿Que pasó?

Al tipo le sonó el celular y se puso hablar ¡del partido de ayer!
Me sentí “una pobrecita”.
Tengo frio, le dije casi en voz baja
Después me explicó como tenía que acomodar el brazo y agarró mi lola derecha, la estiró y me la prensó hasta que me dolió.
- Como estamos hoy, eh. No respires, mirá que sino la tengo que repetir.
No sé porqué pasó a tutearme, tal vez por que me vio desnuda y eso le dio confianza. Por las dudas no le dije nada. Estaba claro que él tenía “la sartén por el mango”.
Salió de su cabina caminando lento como si supiera que yo estaba apurada y quisiera provocarme.
Yo muda.
Repitió la tortura con mi otra querida lola y cuándo por fin terminó, me dijo
- ¿Por las dudas qué?
Ni me contestó.
Por las dudas qué, repetí, claramente enojada; pero le sonó el celular otra vez. Lo está haciendo a propósito pensé. 
Tenía ganas de llorar pero me senté y esperé.
Pasaron diez minutos y me volvió a llamar
- Le dije que no respire, salió mal, hay que repetir
- Sabes qué, me voy. Apretate el pito vos.
Estoy convencida, el tipo que hace la mamografía odia a las mujeres