sábado, 7 de marzo de 2015

De quien es la calle?

Ruido interno y externo
La ciudad está que arde, tiene los cables pelados y la humedad provoca chispas. Bocinazos.
Santa Fé es una avenida bastante ancha pero no sé por qué al jefe de la ciudad se le ocurrió asfaltar hoy martes a las 10 de la mañana, en media hora el colectivo avanzó cinco cuadras, a la gente le gusta estar pegoteada, muy junta; se acumulan todos alrededor del chofer que tiene cara de pocos amigos. No dejó subir a una mujer que traía a su hija en brazos
- No hay lugar señora, espere al de atrás que viene vacío
- Abrale! No ve que trae una criatura
- Por eso, es un peligro. Pasen para el fondo por favor!
Los miro con cierto asombro y me pregunto de dónde sacan esas ganas de discutir, no creo que les interese la vida de la madre que quedó en la vereda, me inclino por pensar que tienen ganas de joder.
Con una mano me sostengo y con la otra busco el celular en la cartera para jugar un solitario y así es como desparramo todo y mi bolso se convierte en una caja de Pandora.
No lo encuentro, abandono antes de que se caiga la tarjeta, el documento o la cámara de fotos que llevo al acto del colegio.
Desde que compré la cámara digital no tengo más fotos en casa.
Pueden pasar años y años hasta que algún evento importante amerite destinar el dinero para el revelado.
 El colectivo no avanza, a este paso no llego a ningún lado.
- Estas embarazada, disculpame no te vi.
- No, no, jeje, estoy gorda. 
Embarazada podrías estar vos, yo casi tengo cincuenta, mi hija menor está por cumplir trece. 
Mejor me bajo y sigo caminando. Mi niña interna amenaza con salir feroz y mal intencionada a pelearse con el mundo.
La vereda es una versión del colectivo, la gente se abre paso a los codasos. 
No entiendo esa manía que tienen los hombres argentinos, de insultar a las mujeres en la calle.
- Cruzá bien boluda!
- Avanzá dormida!
Hasta cuándo te quieren decir “linda”, enuncian
- Con ese culo....
Parecen los dueños de la calle.
Se olvidaron que nacieron de una mujer.
Dan miedo.
Y esos que te pasan en edad y miran a tu hija de once. 
Eso es abuso, legitimado en la mismísima vía publica.


Por d
esgracia no solo dejé en casa el celular, también la bendita cámara de fotos.
Pensé en pedirle al papá de algún compañero para que me las mande por mail pero no lo hice. 
Para cuándo lleguen, mi hija ya va a estar en la universidad.

viernes, 27 de febrero de 2015

Duérmete niño

Soy Adriana, madre de una hija que mañana cumple veinte años y que alguna vez fue una niña y antes una tierna beba. En esa época uno de los mandatos sociales acerca de la crianza era: enseñarle a dormir sola, en su habitación, desde los cuatro meses. Lograr su independencia. 
Hacerle un lugarcito en la cama a las tres de la mañana cuando se aparecía despeinada en la puerta de la habitación con cara de susto era prácticamente, la antesala de toda clase de conflictos.
Había que lograr su independencia.
Pero aun siendo primeriza yo sabía dentro mío que los niños tienen que ser dependientes para, luego tener la seguridad necesaria para independizarse. 
Un niño independiente, no sobrevive.
No importaba si estabas sola o en una feliz convivencia de pareja, si la casa era grande o si hacia frio, lo importante era que el niño duerma solo y yo me preguntaba  si, en la edad adulta, casi todos dormimos con alguien a quien queremos, ¿por qué de pequeños no? 
De hecho, los adultos nos sentimos raros y nos cuesta conciliar el sueño cuando estamos acostumbrados a dormir con alguien y unas noches -por lo que sea- nos acostamos solos. 
¿Por qué a los niños se les tiene que dar un trato diferente? Se trata de que duerman. Y duermen mejor acompañados que solos.
En los siglos XVI y XVII, la mayoría de los países europeos dictaron leyes para impedir que los padres durmieran con sus bebés. En esencia, estaban tratando de impedir el infanticidio. Cuando había demasiadas bocas para alimentar era fácil sofocar a un bebé “por accidente”. Por tanto, el gobierno debía intervenir.
El miedo a la sofocación persigue hoy a muchos padres occidentales. A todos les parece posible aplastar al bebé o ahogarlo bajo una montaña de mantas. Pero los bebés nacen con fuertes reflejos de supervivencia, capaces de gritar y patalear antes de permitir que algo les obstruya las vías respiratorias. La sencilla evidencia de que, en el mundo actual, la mayoría de los bebés duermen con uno de los padres sin morir asfixiados, debería convencer a los padres de que es bastante difícil aplastar a un bebé sin darse cuenta.
Pero el asunto iba más allá, se hablaba de falta de autoridad, problemas sexuales, se pronosticaba un futuro ser sin capacidad para aceptar la autoridad paternal y todas las que siguen a lo largo de la vida.
En mi caso era imposible, mi marido viaja mucho, vivíamos en una casa grande y antigua que habíamos heredado de mi familia y para mi dormir en su cuna era una tortura.
En el jardín "el colecho" figuraba dentro de la lista de aspectos poco deseables en el desarrollo de la criatura, tan importante como hablar o caminar.
Ingenua, yo contaba nuestra experiencia. La maestra de lasa de cuatro, me recomendó un libro "Duérmete niño", sugería encerrarla, cerrando con llave si era necesario y dejarla llorando hasta que se canse o se duerma. El objetivo: vencer los miedos.
¿Y cómo iba a lograrlo sin el abrazo cálido y contenedor de su madre, que había elegido serlo por propia voluntad?

El librito fue a parar a la basura rápidamente.

Otro de los argumentos era el fracaso de la pareja pero a nosotros nos abrió la puerta de nuevas experiencias, el baño, la cocina y volvimos al Hotel alojamiento de la adolescencia.
En la familia, la pregunta era;
-       ¿Cómo está Lorena? ¿Ya duerme sola?
Finalmente opté por mentir
-       Si duerme sola toda la noche…
No digo que alegremente vivimos las noches todos juntos, yo me preocupaba, dudaba, temía hacerle daño si la echaba y también se la dejaba dormir en nuestra cama, con el tiempo fui aceptando esa voz interna que decía que sí que no debía hacer, abolí golpes correctivos, castigos y caminé por el camino del diálogo intentando siempre lograr un acuerdo desde la razón y no siempre lo logré, más de una vez hizo todo lo contrario y la acompañé, la consolé y seguí conservándolo, le hice la cama y la esperé con la comida caliente siempre, acomodándome a sus horarios de salidas y en la facultad..
Siempre que pude le di los gustos, la dejaba ver Chiquititas y le explicaba que todo eso era ficción.
Cuando me preguntaba sobre mi vida, le dije siempre la verdad y me enfrenté a sus opiniones y desacuerdos. Desde que aprendió a hablar, su opinión valía  tanto como la nuestra.
Sus primeros novios dormían en casa.
Siempre valoramos el esfuerzo y no los resultados, esperamos a que madure, sin apuro.
¿Dicen que la malcrié?
No lo creo, hoy es casi una mujer, responsable, segura y sana.
Si este es el resultado por haberla malcriado, sin duda, lo volvería a hacer.


viernes, 13 de febrero de 2015

sin titulo

Una puede olvidar imágenes bellas o espantosas, palabras y hasta recuerdos puede olvidar pero cuando una melodía entra es imposible de borrar, te guste o no, en silencio o a los gritos la repetiras una y otra vez.

Es el romance y la música la memoria y como tal, inexplicable. Magia pura.

Hay una cancion que repito desde mi mas tierna infancia, hay muchas pero quiero ahora quiero hablar del final y por eso canto Presente de Vox Dei.
Cualquier final es un abismo, hasta la ultima miga de pan y esta bien, puedo aceptar que en la vida todo concluye, incluso aprendi que despues hay algo mas y varios caminos para elegir llegar a esa meta,
Por eso no me gusta competir, por que para competir hay que dear ganar y para mi ganar tambien es un triste final.
Disfruto la carrera, ir cabeza a cabeza y acelerar en la ultima recta por que si se va terminar que acabe ya!
Y asi es mi naturaleza de caballo desbocado, hoy casi domestica por que soy madre y los hijos deben crecer, abandonar etapas y yo amo a las mias, tanto como para cambiar lo que sea necesario, me gusta vivir asi, lo mas despierta posible...dormir, el final de la vigilia prefiero que me sorprenda, que me tome de sorprea el sueño

jueves, 18 de septiembre de 2014

Soy Adriana

Soy Adriana, el mes que viene cumplo 68 años.
Tengo cinco hijos, Adriana, Marcelo, Horacio, Alejandro y María José.
Me casé muy joven con el médico de la familia. 
Cuándo nací, él tenía 24 años y cuando cumplí 17, se separó de su esposa y nos casamos. Ahora que lo pienso, fue un delirio pero como era amigo de la familia, nadie dijo nada. El estaba muy enamorado, me prometía la luna y el mar.
Tuvimos seis hijos, la primera falleció al nacer pero yo siempre la llevé conmigo. Los hermanos se enojan cuándo les hablo de ella.
La vida se pasó rápido, sin respiro.
Los chicos fueron naciendo seguidos. Uno dejaba los pañales y otro empezaba a tomar la teta.
Un día sopetón, mi esposo tuvo un infarto y se murió. En ese momento pensé que estaba haciendo una de sus bromas, pero no.
Alejandro tenía seis años y María José cuatro, no tuve tiempo ni de llorarlo. 
Los primeros años fueron duros. Hasta que logré cobrar su pensión, no teníamos dinero suficiente para nada pero me fui arreglando y la familia ayudó.
Vivimos siempre en el mismo departamento de la calle Laprida, era un edificio repleto de gente joven, unos pisos más abajo del nuestro ensayaban varios músicos de rock y los chicos se la pasaban ahí. Así fue como conocí la marihuana.
Los varones eran bravísimos, sobre todo Horacio. Una tarde volví de trabajar y encontré la puerta del baño destrozada, le había clavado unos petardos mientras Adriana se bañaba. Horacio tenía una obsesión por verle los pechos a las hermanas, además era muy violento, arreglaba todo a los golpes y yo me ponía firme pero reconozco que tanta energía me superaba.
Antes de terminar la escuela secundaria, vino con la novia embarazada.
Casi me muero.
Yo le había explicado bien cómo usar el preservativo. Una noche los junté a todos y con una zanahoria les mostré como colocarlo, sacándole el aire para que no se rompa. Lo que más me preocupaba era que pudieran contagiarse alguna enfermedad. A mediados de los 80, los chicos entraban en la adolescencia y ya se conocían los primeros casos de HIV. Finalmente el embarazo no prosperó, era una mentira; de todas maneras Horacio se fue de casa y la verdad es que mejoró mucho el ambiente familiar y él maduró. Después se casó y ahora tiene dos varones.
Todos mis hijos ya son padres.
Tengo siete nietos que además de hacerme muy feliz, trajeron como el rio, viejos recuerdos, imágenes familiares de la infancia olvidadas en el olvido.

La carita de Gael, me da la ilusión de haber conocido a mi madre cuando era niña. Todos tienen algo sorprendente. Ver a la familia, reproducirse asi; naturalmente, reviviendo en los que recién llegan, esos íntimos humores de los que ya no están, es la magia de la vida. Esta vida mia que se diluye, deglutida por un cáncer que no puedo vencer. Me quedaría a disfrutarlos un poco más. Pero estoy lista, no tiene deudas conmigo el universo. Fui feliz, soy feliz.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

dios es hombre


Dios es hombre, no hay dudas.
Durante 5000 años, el mundo se fue poblando de falos gigantes clavados en la tierra. En la isla griega de Delos, en el Mar Egeo, hay un santuario dedicado al dios Dionisio, esculturas de gigantescos falos monumentales en mármol, lo pueblan.
Pero estas son obras modernas comparadas con las representaciones de falos tallados en piedra que se hallaron en Irlanda, España, Chile, Francia, Turquía y hasta en nuestra provincia de Tucumán.
En todo el planeta abundan las grandes piedras clavadas en la tierra, que simbolizan fertilidad y hegemonía masculina, aunque algunos esotéricos insistan en hablar de una “acupuntura planetaria” en “centros energéticos terrestres”.
Algunas de las civilizaciones que podían explicar el porqué de esta costumbre han perecido sin dejar testimonios escritos. No así los incas, que cuentan que a estos falos de un metro de largo se los clavaba para fertilizar a la Madre Tierra. 
Europa se llenó (desde tiempos remotos) de columnas erigidas en los cruces de caminos con una estatua del dios Hermes mostrando un falo erecto. Estos pilares luego llamados hermas garantizaban la fertilidad y virilidad, como amuleto, y era lo primero que destruían los invasores.
Los obeliscos, que se encuentran en todo el mundo, también indican la constante preocupación por el miembro erecto.
En Babilonia se erigían en honor al temible dios Baal y de ahí llegaron a Egipto como símbolo de virilidad y fertilidad, lo llamaban “pene de Osiris” y en honor a Ra, el dios sol, que fertiliza la tierra como el hombre a la mujer. Luego su uso fue prohibido por la Biblia y la palabra “obelisco” de las viejas Biblias fue reemplazada en ediciones sucesivas por "matzebah", que significa "imágenes altas" (obeliscos) o “"hammanim" ("imágenes del sol"). La Biblia de Scofield (padre del cristianismo evangélico) cuenta que los paganos construyeron “una imagen del celo
(obelisco) en la entrada del templo" 
Pese a tanto remilgo bíblico, los papas se las ingeniaron para poner uno en la Plaza de San Pedro, sede del Vaticano, cuentan que habría sido llevado por Calígula, para su Circo en cuyas arenas, padeció el pobre San Pedro.
Por su parte, los masones se aseguraron, uno en el Central Park de Nueva York y otro en el Capitolio en Washington.
El nuestro, fue edificado en 1936 para conmemorar el cuarto centenario de la primera fundación de Buenos Aires, representando la potencia progresista del viril país.
Falos de cerámica inca en los museos peruanos y obeliscos en los sitios más diversos del planeta no responden a otra intención que proteger a los dioses para conservar su potencia sexual, siempre tan efímera y caprichosa.
Griegos, incas e hindúes, construyeron falos monumentales para endiosar la virilidad. Y esto amarga a cualquier varón. 

- no lo tengo de veinte metros, ni siempre mirando al cielo.
 
En Barcelona, se construyó en 2005, el pene más grande de Europa. un edificio de perfectas proporciones peneanas, el tercero más alto de la ciudad. Mide 142 metroz, es la controvertida Torre Agbar popularmente conocida como el Megapene, Superconsolador o  El Pollón.

Estos penes gigantes de piedra son la representación de lo inalcanzable y de la satisfacción total.
Y no está mal estar tan insatisfechos.
Después de todo, dice Freud, la insatisfacción del deseo es el motor de la cultura.
Estas obras de arte nos demuestran que desde hace siglos los hombres se vienen ocupando de sus atributos. Les rinden culto y los representan con su tamaño multiplicado por diez mil, seguros de que esa parte de su anatomía, los hace dueños del universo.
Pobrecitos: tantos siglos de campaña publicitaria… ¿A favor o en contra?

no todo lo que brilla es oro

Ayer fui a dejar a mi hija en casa de una amiguita que vive en una de las zonas más lujosas de la ciudad. Tomamos el colectivo 110, nos bajamos en la avenida Las Heras y caminamos unas cuadras
Barrio Parque, glamoroso, exclusivo, poblado por ilustres famosos y no. Silencioso, con atmosfera propia, calles empedradas, angostas y curvas. Bajo las copas del jacaranda, el tiempo parece detenerse.
  • ¿Aca vive la gente más rica del mundo? Fue su pregunta que sono como una afirmación. No, le conteste sin pensarlo dos veces, porque si fuera así, yo viviría aquí.
  • Puede ser, también es una zonas de embajadas y ya que tenemos tiempo, te voy a mostrar la casa de Victoria Ocampo, una escritora porteña muy conocida…
  • Una escritora millonaria?
  • No lo sè, pero cuentan que pasaba muchas horas con la cocinera y la empleada conversando cuando era niña. En esta casa vivio de grande, ella misma le pidió a un arquitecto que la construyera, acà se creò la revista Sur, estaban Borges, Oliverio Girondo, Octavio Paz, Victoria y su hermana Silvina que también era escritora; ahora es un Centro Cultural, ¿Lo visitamos?
  • Ay no mami, que plomo!


Y haciendo uso de mi cuota de poder maternal, fuimos igual.
El estilo racionalista y despojado no sonaba opulento y ricachon, pero ella quedó desde su estatura de niña mirando con la boca abierta la manciòn.
Nos detuvimos en un pequeño cuarto dónde pudimos leer un manuscrito de Victoria:


"El arreglo de mi nueva casa me absorbio… La simpatía o la antipatía que los cuartos pueden inspirarme es violenta. Casi física. Como un clima".


Salimos de la mansión/centro cultural en silencio, y ella con una breve frase me recordó cuan sabios pueden ser los hijos, si una sabe escucharlos.


  • Los ricos también sufren
  • Es verdad, además la riqueza no es solo tener dinero.
  • Chau mà, nos vemos después.


Esa breve charla me hizo pensar en todas esas riquezas que he dado por un hecho y que rara vez me detengo a apreciar por vivir distraída y enfocada en tonterías.
Mi fortuna hoy en día es inmensa y no la mido en tesoros físicos, sino en experiencias que han enriquecido mi vida durante mis casi cincuenta años de vida.
La existencia ha sido sumamente generosa conmigo. No tengo una casa de lujo, pero tengo un hogar que comparto con mis hijas a las que amo y que me aman. No tengo un auto de colección, pero tengo un cuerpo sano que me ayuda a conducirme firmemente por la vida. No tengo una cuenta de banco con millones, pero cuento con millones de experiencias propias y compartidas conmigo por mujeres y hombres maravillosos, amigos y hermanos que me dio la vida. No tengo un avión propio, pero cuento con una capacidad creativa y de imaginación que me lleva a vivir experiencias exóticas y emocionantes. No pertenezco a ningún club exclusivo, pero tengo amigos sinceros que me ama como soy.


Esta es mi fortuna.

sábado, 6 de septiembre de 2014

Basura t.v,

Víctima de un ataque al hígado feroz, pasó dos días enteros en la cama, en un estado de semi conciencia, mirando la televisión, por momentos con los ojos cerrados. Las noticias se repetían una y otra vez, en diferentes horarios y en casi todos los canales de aire.
Los programas dedicados al espectáculo son una suerte de realiti autorreferencial. La tele habla de la tele y de las intimidades, a veces inconfesables, de ciertas celebridades.  Me pregunto a quién le importa realmente la silueta de Carmen Barbieri o las novias platinadas del diez. La televisión impone temas y en casa a nadie le interesan.
Una chica rubia, con facha de actriz porno, pasó por varios programas, contando sus desventuras sentimentales.
Sus últimas parejas habían sido desastrosas. Uno le pegaba y era infiel, a ese lo dejó cuándo le llegó un video que confirmaba el engaño. Cuando logró reponerse conoció a otro que a los dos meses cayó preso, acusado de varias estafas, al principio lo visitó en la prisión pero hacía un par semanas que ya no iba, y la noticia es que un nuevo hombre apareció en su vida. Los periodistas sentados en ronda trataban de convencerla para que deje al preso aproveche la oportunidad y para rematar, pusieron al aire al pretendiente que decía cosas como:
-         Con ella, voy a fondo, se merece ser feliz, tengo todo el tiempo del mundo.
La pobre mujer parece estar destinada a hombre de dudosa conducta, este último, hijo extramatrimonial de un ex presidente, recién salido de una clínica por su adicción a la morfina, la hizo sonreír con sus promesas.
La historia me hizo pensar si será cierto eso que dicen: “un clavo saca a otro clavo” (los de la rubia más que clavos son tornillos tarugo); no podría decirlo por experiencia propia, jamás olvidé a un hombre en brazos de otro.
Lo pienso y sí, sería ideal: dejar de pensar en ese que te rompió el alma, mimada por una fresca promesa de amor.
Así, estaba la rubia revoleando los ojos, sonriendo a medias, tentada, ilusionada frente a las promesas de su nuevo y acaramelado gavilán.
Finalmente llegué a la conclusión de que no había uno en esa mesa que la quisiera bien, alentarla en un romance con el hijo del ex presidente, no garantiza que la piba sea más feliz que con el convicto, por lo menos el último está encerrado, el daño ya está hecho, mucho más no puede haber.